Antipolítica

actitud de quienes se oponen a la política como práctica de poder y, por extensión, a establecer partidos políticos y políticas, considerándolos más dedicados a los intereses personales que al bien común

Antipolítica es, en el sentido más amplio, la actitud de quienes se oponen a la política. En un sentido más estricto, se suele catalogar como antipolíticas a las organizaciones, candidatos o propuestas políticas que participan electoralmente mediante la crítica al sistema político existente y posicionándose como opuestos o externos al mismo como estrategia electoral. La antipolítica no es la ausencia ni la negación de la política ni el apoliticismo, sino una postura política hostil hacia la política existente.[1][2][3]

La antipolítica suele ver sus resultados más eficaces en contextos de crisis, ya sea ésta económica, de legitimidad, de gobernabilidad o de resultados, debido a que el hartazgo o indignación ciudadanas hacen al electorado más permeable a estos mensajes, al ser percibida la necesidad de una regeneración que los actores políticos existentes son entendidos como incapaces de llevar a cabo. En ocasiones, los mismos actores políticos que reclaman esta regeneración y se presentan como antipolíticos han formado parte directa o indirectamente de la generación de esta situación de crisis en primer lugar.[4]

Han sido identificadas dos vertientes principales:[2]

  • La antipolítica tecnocrática, en la que se reniega de la política democrática al catalogarla como ineficaz o demagógica, y se reclama el poder para un colectivo considerado "experto" o "mejor" (por lo que sería una forma de aristocracia tecnocrática).
  • la antipolítica populista, que denigra la política democrática con el objetivo de sustituirla por una autocracia amparada en el supuesto interés del pueblo (por lo que sería una forma de autocracia populista).

En ocasiones, la antipolítica ha sido utilizada para deslegitimar a la democracia,[5]​ legitimando así sistemas políticos no democráticos. Ejemplos notorios de este uso antidemocrático de la antipolítica incluyen la famosa frase "haga como yo, no se meta en política" que habitualmente se atribuye a Francisco Franco, dictador autocrático español,[6]​ o las críticas que los partidos fascistas hacían al parlamentarismo en el periodo de entreguerras.[7]​ Así, el líder antipolítico se erige en salvador de la sociedad, cuyos males atribuye al sistema político existente.[8]

Historia

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Ya desde el origen de la democracia en la antigua Atenas, Aristóteles definió al demagogo como "adulador del pueblo".[9]

Uno de los principales ingredientes en el ascenso del fascismo durante los años 20 y 30 del siglo XX fue la antipolítica y su enmienda a la totalidad del propio sistema parlamentario.[7]


Referencias

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  1. CONICET, Por Héctor Ghiretti24 de Septiembre de 2021Investigador del. «¿En qué consiste la antipolítica?». infobae. Consultado el 30 de mayo de 2022. 
  2. a b Simancas, Rafael. «POLÍTICA Y ANTIPOLÍTICA». Consultado el 30 de mayo de 2022. 
  3. «El fracaso de la antipolitica». Proceso Digital. 7 de enero de 2019. Consultado el 30 de mayo de 2022. 
  4. Llamazares, Gaspar (5 de octubre de 2020). «El postpopulismo y la antipolítica». ElDiario.es. Consultado el 30 de mayo de 2022. 
  5. Arteta, Javier (1 de noviembre de 2020). «El virus franquista de la antipolítica». ElDiario.es. Consultado el 30 de mayo de 2022. 
  6. «Política y antipolítica». Consultado el 30 de mayo de 2022. 
  7. a b Cruz, Manuel (17 de junio de 2018). «“La Era de la Antipolítica”». Hoy Digital. Consultado el 30 de mayo de 2022. 
  8. «EL ETERNO RETORNO DEL FASCISMO». Anuario CIDOB. Consultado el 30 de mayo de 2022. 
  9. Pazé, Valentina (9 de agosto de 2016). «La demagogia, ayer y hoy». Andamios, Revista de Investigación Social 13 (30): 113. ISSN 1870-0063. doi:10.29092/uacm.v13i30.5. Consultado el 30 de mayo de 2022. 
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