Celtiberia

territorio de la península ibérica donde vivieron las tribus celtíberas

La Celtiberia ha sido un territorio cambiante, a lo largo del período descrito por los autores grecolatinos,[2]​ que abarca las guerras de conquista y el posterior proceso de romanización. Para intentar abordar su delimitación geográfica, tendremos que tener una visión conjunta de la Céltica hispana, mucho más amplia que la Celtiberia.

Posible extensión de la Celtiberia.     arévacos      pelendones      beleyelos      tittos      lobetanos      lusones
Idiomas en la península ibérica prerromana,
alrededor del 200 a. C.[1]
Idiomas en la península ibérica en el 300 a. C.
Familias lingüísticas de la península ibérica antes de la romanización
C1: Galaicos / C2b: Brácaros / C3: Cántabros / C4: Astures / C5: Vacceos / C6: Turmogos / C7: Autrigones-Caristios / C8: Várdulos / C9: Berones / C10: Pelendones / C11: Belos / C12: Lusones / C13: Titos / C14: Olcades / C15: Arévacos / C16: Carpetanos / C17: Vetones / C18-C19: Célticos / C20: Conios / L1: Lusitanos / I1: Ceretanos / I2: Ilergetes / I3: Lacetanos / I4: Indigetes / I5: Layetanos / I6: Ilercavones / I7: Sedetanos / I8: Edetanos / I9: Contestanos / I10: Oretanos / I11: Bastetanos / I12: Turdetanos / G21: Galos / G1: Griegos / P1: Fenicios/Cartagineses / B1: Bereberes.

Durante la Edad del Hierro, la península ibérica indoeuropea quedó unificada por el desarrollo de las habilidades metalúrgicas, la lengua y un régimen de subsistencia más o menos pastoril, aunque dividida en varios grupos culturales, con culturas materiales independientes y cronologías diferentes. La céltica peninsular es, por tanto, un rompecabezas que comprende comunidades distintas.

Por lo tanto se trata sobre todo de delimitar un ámbito geográfico, pero sobre todo etnocultural, que la diferencian de otros pueblos con el mismo patrón cultural y lingüístico.

Fuentes literarias grecolatinas

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Mapa de Celtiberia.

Se considera que una de las fuentes de mayor antigüedad sobre la península ibérica es la Ora Marítima, escrito a finales del siglo IV, nos ha llegado por Rufo Festo Avieno,[3]​ escritor del siglo II, esta obra describía las costas de Europa, desde la Bretaña hasta el mar Negro, donde a la península ibérica se la cita como Ophiussa.[4][5]​ En esta obra lo que se señala, es que los pueblos del interior eran menos civilizados y de ascendencia indoeuropea, en oposición a los pueblos íberos de las costas, más conocidos.

La primera mención de la Céltica, keltiké, se debe a Hecateo de Mileto[6]​ alrededor de 500 a. C., este se refiere a Narbona como una ciudad céltica y ubica a la colonia griega de Massalia, fundada en la tierra de los ligures, cerca de la Céltica.

Será Heródoto, quien en pleno siglo V a. C., proporciona la más segura referencia, sobre la presencia de celtas en la Península, al señalar que el Istro, actual Danubio, nacía en el país de los celtas, cuyo territorio se extendía más allá de las Columnas de Hércules, siendo vecinos de los Kynesios (o kynetes), pueblo que era considerado como el más occidental de Europa.[7]

No será hasta finales del siglo III a. C. y las dos centurias siguientes, cuando el interés estratégico para Roma haga aumentar la información, no únicamente de orden geográfico, sino también económico, social, religioso, etc. El concepto de Céltica[8]​ se va a ver modificado en las fuentes contemporáneas o posteriores a las guerras con Roma, desde entonces, se aplicara a las tierras situadas al norte de los Pirineos.[9]

Si se analiza el conjunto de las obras de Polibio, Posidonio, Estrabón, Diodoro Sículo, Pomponio Mela, Plinio el Viejo y Claudio Ptolomeo, se pueden individualizar tres zonas, en que se señala la presencia de pueblos de origen celta.

Las regiones interiores de la península ibérica

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Donde se localizarían los celtíberos, considerados mayoritariamente como celtas, existe un concepto genérico, amplio de la zona ocupada por la Celtiberia y pueden determinarse por la localización de las ciudades, vinculadas a estos pueblos, un indicio de su extensión nos lo da, la utilización de apelativos, que hacen referencia al carácter limítrofe de ciertas ciudades, como Clunia, Celtiberiae finis (Plinio el Viejo, Historia Natural, 3, 27), Segóbriga, caput Celtiberiae (Plinio el Viejo, op. cit. 3, 25) o Contrebia, caput gentis celtiberorum (Valerio Máximo, 7, 4, 5). Es Estrabón, que escribió alrededor del cambio de era, el que ofrece una descripción de la Celtiberia, basándose en Polibio y Posidonio.

"Pasando la Idubeda se llega en seguida a la Celtiberia, que es grande y desigual, siendo su mayor parte áspera y bañada por ríos, ya que por esta región va el Anas y el Tagus y los ríos que siguen (...) De ellos el Dorius corre por Numancia y Serguntia. Al norte de los celtíberos están los berones (...) Lindan también con los bardyetas, que hoy se llaman bárdulos. Por el oeste están algunos de los astures y de los callaicos y de los vacceos y también de los vettones y carpetanos. Por el sur los oretanos y los demás habitantes de la Oróspeda, los bastetanos y edetanos. Por el este, está la Idubeda.
Estrabón, Geografía (3, 4, 12).

Según Estrabón (3, 4, 13), la Celtiberia, sería un país pobre y dividido en cuatro partes de las que enumera dos, habitadas por arévacos y lusones, aunque por Polibio y Apiano, se sabe que las otras dos corresponderían a bellos y tittos. Para Estrabón, los más fuertes son los arévacos.[10]

Los lusones que según Apiano,[11]​ "habitan cerca del Ebro" y "son vecinos de los numantinos",[12]​ aparecen en Estrabón al este de la Celtiberia, llegando, como los arévacos a las fuentes del Tagus.

Los bellos y los tittos, son citados de forma conjunta, por las fuentes, señalándose su vecindad. Protagonizan los sucesos de los años 154-152 a. C., siendo mencionados en las guerras lusitanas los años 147-146 a. C. y 143 a. C. Aunque del episodio de Segeda Belaisca, de las guerras celtíberas del año 154-153 a. C., se ve la situación de dependencia de los tittos respecto a los bellos, en las demás citas están considerados, en un plano de igualdad.

Plinio (3, 26), reflejando la situación administrativa de Hispania, tras las reformas de Augusto, solo se refiere a arévacos y pelendones como celtíberos en su descripción de la Hispania Citerior.[13]

Ya en el siglo II, Ptolomeo, al describir la provincia Tarraconense, trata de forma independiente de los celtíberos, a los arévacos y pelendones.[14]​ Entre los celtíberos, que considera más orientales y a su vez más meridionales a vacceos y arévacos que los carpetanos, sitúa una serie de ciudades, vinculadas al Ebro medio, en su margen derecha,[15]​ junto a otras situadas más al sur, en la actual provincia de Cuenca.[16]

Suroeste peninsular

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Otra de las grandes áreas, donde las fuentes coinciden en señalar la presencia de pueblos celtas, es el suroeste; Estrabón (3, 1, 6) siguiendo a Posidonio, menciona a los keltikoi, como los habitantes mayoritarios de la región entre el Tajo y el Guadiana.[17]

Para Plinio (3, 13), los célticos de la Beturia, serían celtíberos, aunque venidos desde Lusitania.[18]Los célticos serían mansos y civilizados, debido a su vecindad con los turdetanos. En este sentido, la celtización de la Bética, se puede observar, por la existencia de ciudades cuyos nombres, se consideran celtas, Segida Augurina (Plin., 3, 10); por su parte Ptolomeo, en el siglo II, cita como ciudades de los célticos de la Bética a Turobriga, Arunda y Uama. La presencia de los celtas en la Bética, encuentra un nuevo apoyo, con la propuesta de la localización de la última Celtiberia Liv. (40, 47)[19]​ basado en la identificación toponímicas de las ciudades de Munda y la que los celtíberos llaman Cértima, con las actuales Monda y Cártama, en la provincia de Málaga.[20][21]​ Cuestionando la división inicial de Schulten, en citerior, correspondiente al valle medio del Ebro y ulterior, identificado con el valle del alto Duero.

Celtiberia histórica

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Ruinas ciclópeas en Santa María de Huerta, Soria.

Provincia visigoda

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En época visigoda se estableció una provincia denominada Celtiberia cuya capital era Recópolis, de límites imprecisos, al este de Carpetania (Toledo).

Uso contemporáneo

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Se utiliza el término para referirse a la región histórica[22]​ que incluye parte de las comunidades autónomas de Aragón, Castilla y León y Castilla-La Mancha. Vendría a coincidir con el territorio antaño poblado por las tribus celtíberas, sirviendo de vértices de la región, orientativamente, las ciudades de: Sigüenza y Molina de Aragón (Guadalajara), Medinaceli, Burgo de Osma, Soria y Segovia (Castilla y León) y Teruel, Daroca, Calatayud y Tarazona (Aragón).

Según expone Burillo Mozota, se trata de la zona menos densamente poblada de Europa, después de Laponia (Finlandia).[23]

  • En época contemporánea también ha habido quien ha usado el término como convirtió tópico, para referirse a las virtudes o defectos del estereotipo nacional español, a veces con fines irónicos (Celtiberia Show de Luis Carandell).

Referencias

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  1. Mapa etnográfico de la península al final de la 2ª guerra púnica
  2. Diodoro, Apiano, Marcial opinaban que los celtíberos eran mezcla de celtas e iberos, mientras que, para Estrabón prevalece el primero de los componentes.
  3. Según Schulten, contenía el Periplo massaliota del siglo IV a. C., con algunos añadidos posteriores
  4. Para Schulten, los pueblos llamados Cempsos y Sefes, ocuparían el Occidente de la Meseta, los primeros en el valle del Guadiana y los segundos en los del Tajo y Duero y los Beribraces en la Meseta Oriental, como antecesores de los Celtíberos
  5. De estos pueblos solamente los Beribraces, vuelven a ser citados por las fuentes; Así, el Pseudo-Escimno, autor del siglo II a. C., basado en Éforo de Cime, los denomina Bébryces, situándolos más arriba de las tierras de Tartesos e Iberos.
  6. Se conservan algunos fragmentos de su obra, recogidos por el lexicógrafo del siglo VI, Esteban de Bizancio
  7. Con posterioridad a estas noticias, la presencia céltica es señalada repetidamente, Eforo (405-340 a. C.) consideraba que la Céltica, Keltiké, ocuparía la mayor parte de la Península, llegando hasta Gades.
  8. Tal como aparecía en la obra de Heródoto, Eforo o Eratóstenes.
  9. Los celtas habitan la región comprendida entre Narbona y sus alrededores y los montes llamados Pirineos, que se extienden sin interrupción desde el mar nuestro hasta el mar exterior. El resto de Europa......... La parte que está hacia nosotros, hasta las Columnas de Hércules se llama Iberia y la que está junto al mar exterior, no tiene nombre común a toda ella. (Polb 3, 37)
  10. Están hacia el Este y Sur y lindan con los carpetanos y las fuentes del Tajo. Su ciudad más célebre es Numancia y también son suyas Segida (Segeda) y Pallantia.
  11. Refiriéndose a los sucesos del 181 a. C. en la ciudad de Complega.
  12. Al narrar las campañas de los años 139-138 a. C.
  13. Para Plinio, los pelendones eran celtíberos, adscribiéndoles al conventus Cluniense, con cuatro pueblos (populus) "de los que fueron ilustres los numantinos". Entre ellos nacía el Duero que, pasando cerca de Numancia, corre luego entre los arévacos, que serían celtíberos a los que "ha dado nombre el río Areva", con seis oppida: Secontia y Uxama, nombres muy utilizados, y además Segovia, Nova Augusta, Tiermes y la misma Clunia. Además en el convento Carthaginensis, incluye a los caput Celtiberiae Segobrigenses.
  14. Los arévacos, situados "por debajo de los pelendones", incluye las ciudades de Confloenta, Clunia, Termes, Uxama Argalia, Segortia Lanca, Veluca, Tucris, Numantia, Segovia y Nueva Augusta, todas ellas situadas en la Meseta oriental, al norte del Sistema Central. A los pelendones les atribuye Visontium, Augustóbriga y Savia.
  15. Turiaso, Nertóbriga, Bílbilis, Attacum o Arcobriga
  16. Segóbriga, Ercávica, Valeria o Urcesa.
  17. De las costas junto al Cabo Sagrado, la una es el comienzo del lado Occidental de Iberia, hasta la boca del Tagus, y la otra es el comienzo del lado Sur hasta otro río, el Anas, y su boca. Ambos ríos vienen de Oriente, pero el uno desemboca derecho hacia Occidente y es mucho más grande que el otro, mientras el Anas tuerce hacia el Sur y limita la región entre los dos ríos, la que habitan en su mayor parte los célticos...(Str, 3, 1, 6)
  18. Celticos a Celtiberis ex Lusitania aduenisse manifestum est sacris, lingua, oppidorum uocabulis, quae cognominibus in Baetica distinguuntur. Plinio (3, 13)
  19. Conquistada por Sempronio Graco el 179 a. C., en la provincia Ulterior.
  20. Según Pérez Vilatela (1989) y Capalvo (1994)
  21. Para Capalvo, existen argumentos, para identificar la ultima Celtiberia de Livio, con la ulterior Celtiberiae ager atacada por Marco Fulvio Flaco el 180 a. C. (Liv. 40, 39).
  22. Ejemplos de esta concepción son: Pelendones, nacionalidad histórica de Celtiberia, Folleto sobre la Celtiberia, redactado por Burillo Mozota o «Copia archivada». Archivado desde el original el 7 de enero de 2010. Consultado el 24 de febrero de 2010. 
  23. «Copia archivada». Archivado desde el original el 13 de abril de 2012. Consultado el 23 de febrero de 2010. 
  24. http://dialnet.unirioja.es/servlet/revista?tipo_busqueda=CODIGO&clave_revista=1622 y http://soria-goig.com/Biblioteca/libros/lib_072.htm

Bibliografía

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  • Burillo Mozota, F (2007). Los Celtíberos (Etnias y estados). Barcelona. Crítica. ISBN 978-84-8432-949-7. 
  • Cerdà, P. (2017). Los últimos. Voces de la Laponia española. Ed. Pepitas de calabaza. ISBN 978-84-15862-76-5
  • Capalvo, A (1996). Celtiberia. Un estudio de fuentes literarias antiguas. Zaragoza, Institución Fernando el Católico. ISBN 84-7820-324-9. 
  • Cruz Andreotti, G y otros (1999). Estrabón e Iberia: nuevas perspectivas de estudio. Málaga, Servicio de publicaciones de la Universidad de Málaga. ISBN 8474967306. 
  • Lorrio Alberto, J (2005). Los Celtíberos. Madrid. Real Academia de la Historia. ISBN 84-95983-62-1. 
  • Salinas de Frías, M (1986). Conquista y romanización de Celtiberia. Universidad de Salamanca, Colección: EH (Estudios Históricos y Geográficos), 050. ISBN 978-84-7481-371-5. 
  • Sopeña Genzor, G (1987). Dioses, ética y ritos. Aproximaciones para una comprensión de la religiosidad entre los pueblos celtibéricos. Zaragoza. 
  • Sopeña Genzor, G (1995). Ética y ritual. Aproximación al estudio de la religiosidad de los pueblos celtibéricos. Zaragoza, Institución Fernando el Católico. ISBN 84-7820-255-2. 

Enlaces externos

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