Cercopes

Criaturas de la mitología griega

En la mitología griega, los Cercopes o Cércopes[1]​ eran traviesas y extrañas criaturas que aparecen en el ciclo de Heracles.

Heracles y los Cercopes representados en una metopa de un templo de Paestum (Italia).

Eran dos enanos gemelos que se dedicaban a robar a los viajeros. Su madre les había prevenido para que tuviesen cuidado cuando se encontraran con un hombre melampigo (es decir, que tuviese las posaderas negras). Cierto día intentaron robarle a Heracles sus armas, mientras el héroe dormía al borde del camino, pero este, al despertarse, los capturó y los ató cabeza abajo a dos palos que se cargó en los hombros. Así colgados, los Cercopes vieron que Heracles era la persona que su madre les había anunciado, ya que tenía las posaderas negras por la pelambrera que las cubría. Su reacción fue de hilaridad y Heracles acabó dejándolos en libertad.[2]

También se conoce como Cercopes a un poema de épica arcaica que ha sobrevivido a día de hoy solo de manera fragmentaria en un puñado de referencias de otros autores.[3]

Otras variantes

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Se dice que Heracles, mientras sirvió a Ónfale como esclavo, capturó y encadenó a los Cercopes en Éfeso.[4]​ A unos los mató y a otros los hizo prisioneros y los entregó encadenados a Ónfale.[5]

Jenágoras dice que se transformaron en monos y que las islas Pitecusas recibieron de ellos su nombre.[6]​ De estos monos tenemos el género Cercopithecus y a las Pitecusas se las conoce como islas de los monos. Sea como fuere estaban dotados de cola y eran ladrones y malhechores.[7]

Según otras versiones fueron transformados en la roca Melampigo,[8]​ que se muestra a los visitantes de las Termópilas, el primer lugar en donde comenzaron sus fechorías.[9]

Nombres y genealogía

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Eran dos hermanos pero sus nombres cambian: Pásalo y Acmón,[10]​ Pásalo y Aclemón,[11]​ Olo y Euríbato,[12]​ Andulo y Atlanto,[6]​ Euríbato y Frinondas,[13]​ Candolo y Atlanto[14]​ o Aristodemo y Sóstrato.[13]

No hay una tradición genealógica definida para los Cercopes. Pueden ser descritos como hijos de Océano y Tea o Teya,[15]​ llamada Memnónide, esto es hija de Memnón.[16]​ O bien Teya es la propia hija de Océano[17]​ y entonces los Cercopes habrían nacido fruto del incesto.[15]

En la Suda

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Eran dos hermanos que vivían sobre la tierra, haciendo alarde de toda clase de injusticias. Se llamaban Cercopes, apodados así por la maldad de sus acciones. Su madre Memnónide, al ver estas cosas dijo que no se encontraran con el «culonegro», esto es, con Heracles. Dicen que se convirtieron en piedra por haber intentado engañar a Zeus. La expresión proverbial «cercopizar» Crisipo dice que fue transferida de los animales que halagan con la cola. Se los describe como bribones, trapaceros, engañadores, aduladores que, como la zorra burla a los perros de caza, engañan a los más simplones con la cola de sus palabras. Tenían una vida errante, caminando por muchas tierras.[10]​ Otros dicen que eran naturales de Ecalia y que hollando los cruces de tres caminos de los beocios les hacían mucho daño.[12]

En Ovidio

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Ovidio dice que Júpiter (Zeus) los transformó en monos:

Como que el padre de los dioses, un día aborreciendo las comisiones de los Cercopes, esa gente dolosa, el fraude y los perjurios, mutó en un desfigurado ser a sus varones, de modo que igualmente parecen de semejante al humano, y contrajo sus miembros, sus narices, de la frente remangadas, aplastó y roturó de arrugas su vieja cara, y velados en todo el cuerpo de un dorado vello los mandó a estas sedes y no dejó antes de arrebatarles de su lengua el uso de las palabras, nacidas para los perjurios. Les dejó el poder lamentarse sólo con un ronco chirrido
Ovidio: Las metamorfosis, XIV, 90-100.

Véase también

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Referencias

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  1. Cercopes: en griego Κέρκωπες, Kérkōpes; de κέρκος, kérkos, ‘cola’.
  2. Antonio Ruiz de Elvira: Mitología clásica, págs. 289, 290; Pierre Grimal: Diccionario de mitología griega y romana, voz «Cercopes»; Heródoto: Historias VII, 216 (CCXVI); Tzetzes: Quilíadas v 74 s, a Licofrón, 91; Eustacio: A Homero, Odisea, XIX, 247 (p. 186).
  3. Fragmentos de épica griega arcaica, págs. 318-321. Volumen 20 de la editorial Gredos, 1999. ISBN: 84-249-3524-1.
  4. Pseudo-Apolodoro: Biblioteca mitológica, II, 6, 3.
  5. Diodoro Sículo: Biblioteca histórica, IV, 31, 7. Nótese que Diodoro Sículo es el único autor que alega que los Cercopes eran muchos en cantidad, no solo dos. En el resto de fuentes siempre son dos.
  6. a b Harpocración: voz Cercopes.
  7. Diodoro Sículo: Biblioteca histórica, V, 31, 7.
  8. Ferécides, 3F, 77.
  9. Heródoto: Historias VII, 216.
  10. a b Suda: voz Kérkōpes.
  11. Tzetzes: Quilíadas, 75.
  12. a b Suda, voz Euríbato.
  13. a b Luciano: Alejandro o el falso profeta (Ἀλέξανδρος ἢ Ψευδομάντις), IV.
  14. Escolio a Luciano: Alejandro o el falso profeta.
  15. a b Suda: voz Cercopes (con autoridad de Zenobio, 1, 5).
  16. Nono: Escolio mitológico, 4, 9 (de Gregorio Nazianceno PG 36).
  17. Tzetzes: Sobre Licofrón, 91.

Enlaces externos

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