Pabellón séptimo (relato de Horacio)

«Pabellón séptimo (relato de Horacio)» es una canción del músico argentino Indio Solari de su álbum El tesoro de los inocentes (Bingo Fuel) de 2004.

«Pabellón séptimo (relato de Horacio)»
Canción de Indio Solari
Álbum El tesoro de los inocentes (Bingo Fuel)
Publicación 2004
Grabación 2004
Género Rock
Duración 4:46
Discográfica DBN
Escritor(es) Indio Solari
Productor(es) Indio Solari
Idioma original español
«Adieu! Bye Bye! Aufwiedersehen!»
(8)
«Pabellón séptimo (relato de Horacio)»
(9)
«El charro chino»
(10)

La letra de la canción hace alusión a la «masacre en el pabellón séptimo»[1]​ ocurrida el 14 de marzo de 1978 en el Pabellón 7 de la entonces Unidad 2 de Devoto ubicada en el barrio Villa Devoto de la Ciudad de Buenos Aires en la que murieron asfixiadas, quemadas o baleadas al menos 65 personas (64 según la versión oficial). Los únicos imputados fueron los propios presos sobrevivientes. Las muertes quedaron impunes de la misma manera que otros episodios de torturas o asesinatos cometidos contra "presos comunes"[2]​ en la dictadura.[1]​ En agosto de 2014 la Justicia Federal resolvió que se trata de un delito de lesa humanidad.[3]

Solari compuso la canción a partir del libro Crónica de muertes silenciadas. Villa Devoto, 14 de marzo de 1978 del criminólogo Elías Neuman, en el cual se transcribe el testimonio de un sobreviviente, Horacio, a quien el propio Neuman conocía porque representaba como abogado defensor junto a otro detenido, Pablo, quien murió en el incendio.[1][4]

Entre las víctimas de la masacre se encontraba un amigo de Solari: Luis Canosa. El propio Solari compuso otra canción sobre la masacre, «Toxi taxi», lanzada en 1991.[4]

Pabellón séptimo (relato del Horacio)
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¡Me asfixio, Dios! Pienso en mi cara Se está quemando, ahora, mi cara, ¡Dios!

Una explosión y los colchones

Se prenden fuego y nos quemamos vivos


Quiero salir, quiero escapar

Las puertas siguen encerrojadas

El pabellón, en un segundo

Se nubló todo y ya no vemos nada más


Pruebo trepar hasta un ventanal

Buscando el aire y me balean fiero

Viejita, amor, hijas y amigas

Buscan noticias en la puerta, ahí fuera


Tiempo después, escucho aún

El ruido loco de los paloteros

Buscan así, baldosas flojas

Donde escondemos tesoro y miserias


¡Pobrecito! ¡Pobre el Cebolla!

No pudo más, se degolló por miedo

Nadie es capaz, no pueden borrar mis recuerdos

Nadie es capaz de matarte en mi alma


Y así te dan, así te quiebran

Así te dan por culo allí, sin más

Por esa vez, la vieja cosechera vino

Por mí y no quiso besar mi vida


Estoy herido, estoy quemado

Voy en camilla por el Salaberry

Voy a tratar de hacer conducta aquí

Para rajar antes que mis pulmones


Si va a pasar algo conmigo

Quiero que sea en libertad, allá afuera


¡Y nada más! ¡Irme y nada más!

No quiero ver más gruesa de llavero

Ni mirar la pared si el pasarela grita

Para tapar quejidos y lamentos


¡Ya nunca más!

¡Ya nunca más!

Y nunca ya voy a olvidarte, Pablo, nunca

Referencias

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  1. a b c «Masacre en el pabellón séptimo». Comisión Provincial por la Memoria. 4 de octubre de 2013. Archivado desde el original el 26 de diciembre de 2013. Consultado el 26 de diciembre de 2013. 
  2. Se entiende por “presos comunes” a aquellos que no habían sido detenidos por motivos políticos.
  3. «La Masacre del Pabellón 7 fue un "crimen de lesa humanidad"». Página/12. 15 de agosto de 2014. Consultado el 16 de agosto de 2014. 
  4. a b Cecci, Horacio (29 de septiembre de 2013). «Pabellón del infierno». Consultado el 26 de diciembre de 2013. 
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