Sinfonía n.º 6 (Vaughan Williams)

sinfonía de Ralph Vaughan Williams (1947)

La Sinfonía n.° 6 en mi menor fue compuesta por Ralph Vaughan Williams entre 1944 y 1947. La obra está dedicada a Michael Mullinar.[1][2][3]

Vaughan Williams en 1954.

Historia

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Composición

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La composición de esta pieza se desarrolló entre 1944 y 1947. Comenzó con algunos bocetos de la partitura para la película The Flemish Farm de 1943. El trabajó en obra durante e inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial. Muchos habían pensado que con la lírica Sinfonía n.º 5 escrita entre 1938 y 1943 el maestro inglés, que ya tenía setenta años, estaba en esencia despidiéndose del género sinfónico. Así que cuando se anunció en 1947 la Sinfonía n.º 6 la sorpresa y el interés fueron mucho mayores.[2]​ En 1950 emprendió una revisión de la sinfonía.

Estreno y publicación

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Adrian Boult, director del estreno.

El estreno de la versión original se celebró el 21 de abril de 1948 en el Royal Albert Hall de Londres por la Orquesta Sinfónica de la BBC dirigida por Adrian Boult. En su primer año de existencia esta obra se interpretó casi 100 veces.[2]​ La primera interpretación en Estados Unidos tuvo lugar el 7 de agosto de 1948 durante el Festival de Tanglewood y corrió a cargo de la Orquesta Sinfónica de Boston bajo la batuta de Serguéi Kusevitski. Antes de que terminara ese año, los mismos músicos habían llevado la obra a Boston, Pittsburgh y Chicago (3 de diciembre). Leopold Stokowski dirigió el siguiente enero las primeras interpretaciones en Nueva York con la Filarmónica de Nueva York e inmediatamente llevó a cabo la primera grabación de la pieza.[4]

La primera edición de la pieza fue llevada a cabo en 1948 por la editorial Oxford University Press en Londres.[5]​ Algunas sinfonías de Vaughan Williams fueron publicadas con títulos descriptivos (A Sea Symphony, A London Symphony, A Pastoral Symphony, Sinfonía antártica); otras se publicaron como Sinfonía en fa menor y en re mayor. A las del último grupo se las denominaba Sinfonías n.º 4 y 5, pero Vaughan Williams lo desaprobaba: "Nunca he puesto números a mis sinfonías y no quiero empezar ahora".[6]​ Finalmente la nueva obra fue publicada como "Sinfonía en mi menor".

Instrumentación

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La partitura está escrita para una gran orquesta formada por:[5]

Estructura y análisis

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La sinfonía consta de cuatro movimientos:[5]

  • I. Allegro, en mi menor 4
    4
  • II. Moderato, en si bemol menor 4
    4
  • III. Scherzo. Allegro vivace, en fa mayor 2
    4
  • IV. Epilogue. Moderato, en mi menor 4
    4

La interpretación de esta obra dura aproximadamente entre 30 y 35 minutos. Los cuatro movimientos se interpretan sin pausas entre ellos. Destaca por su lenguaje armónico inusualmente discordante, que recuerda a su Sinfonía n.° 4 en el enfoque, si no en la técnica, y por la inclusión de un saxofón tenor entre las maderas. En varios aspectos esta obra marca el comienzo de sus experimentos con la orquestación que caracterizan su música tardía. Incluye una serie de temas que vuelven de diversas formas a lo largo de la pieza, como el uso de acordes simultáneos a distancia de un semitono o bien la figura rítmica breve-breve-larga. La muerte de los miembros de la banda que tocaba en el club londinense Café de París debido a un bombardeo en 1941 le llevó a incorporar elementos del jazz, incluido un solo de saxofón en el Scherzo.[7]​ El tono inusual de la obra, en particular la absoluta desolación del Finale, ha llevado a muchos analistas a buscar algún tipo de programa extramusical. Vaughan Williams, como de costumbre, rechazó de plano tales interpretaciones.[2]​ El compositor quizá nunca pensó en una sinfonía programática, pero era inevitable que su público de posguerra asociara su carácter inquietante y, a menudo, violento con la detonación de las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki. En respuesta a estas preguntas se le cita ampliamente diciendo: "Parece que a la gente nunca se le ocurre que un hombre solo quiera escribir una obra musical".[8]

I. Allegro

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El primer movimiento, Allegro, está escrito en la tonalidad de mi menor y en compás de 4/4. Estructuralmente se puede considerar dentro de la categoría de la forma sonata con sus temas contrastantes y centros clave cuidadosamente organizados, aunque esto puede no ser evidente en la primera audición. De hecho, el punto de contraste más llamativo puede ser la reaparición cerca del cierre del movimiento de uno de los temas principales en mi mayor. Se abre de manera tempestuosa con toda la orquesta tocando en fortissimo simultáneamente en fa menor y mi menor. La caótica avalancha de notas hace que sea difícil de seguir por el oyente. Debido a que el compositor usa tantas técnicas disruptivas tanto en el ritmo como en la armonía, a menudo no hay un sentido claro de la métrica o la tonalidad. Tras una breve pausa, irrumpe una sección de marcha sincopada. Su ritmo jazzístico desemboca en una solemne melodía tocada primero por las cuerdas y luego por los metales con marcados acentos percusivos. Tras otros episodios, la melodía solemne reaparece en una forma más expresiva, con cuerdas que fluyen y arpa que rasguea, para desembocar gradualmente en un retorno final de la tormentosa música de apertura. Concluye con un mi sostenido al unísono en las cuerdas graves, que da paso directamente al segundo movimiento.[2]

 

II. Moderato

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El segundo movimiento, Moderato, está en si bemol menor y en compás de 4/4. El movimiento lento presenta un carácter espeluznante y amenazador que refleja un paisaje gélido. Se inicia en una tonalidad que está a un tritono de distancia de la del Allegro inicial. Los temas principales son muy cromáticos. Destaca un motivo rítmico marcial "rat-a-tat", con dos semicorcheas y una corchea, que aparece en el segundo compás y es martilleado más de 90 veces por los metales y la percusión, dominando todo a su alrededor. Dicho motivo desaparece por un tiempo y el efecto de su regreso es una sensación de pavor casi palpable. Se alcanza un gran clímax monolítico alimentado por esa figura, que incluye el punto con el sonido más fuerte de toda la sinfonía. Cuando el crescendo se agota, llega la conclusión con un extenso solo de corno inglés sobre volutas de cuerdas aún acompañado por el mismo ostinato de tres notas. Con una última nota sostenida a través de una caída de un semitono se da paso al tercer movimiento.[2]​ El oscuro y amenazador motivo de tres notas parece una reminiscencia del primer movimiento "Marte, el portador de la guerra" de la suite Los planetas de Gustav Holst.[9][10]

 

III. Scherzo. Allegro vivace

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El tercer movimiento, Scherzo. Allegro vivace, está en fa mayor y en compás de 2/4. La estructura responde a un scherzo con trío. La sensación general no es de diversión ya que la atmósfera es decididamente estridente y sarcástica. Aquí se percibe algo de la socarronería de Dmitri Shostakóvich, ya que genera una cantidad considerable de energía sin dirección. El estilo rítmico es menos inconexo que en el movimiento inicial ya que en este caso el oyente tiene pocos problemas para seguir la métrica. La armonía, muy dominada por tritonos o quintas disminuidas, y la orquestación vuelven a la densidad del primer movimiento con una textura marcadamente fugada. La sección de trío presenta el único papel solista del saxofón tenor en la sinfonía, que interpreta un solo sorprendente y bastante desaliñado con el redoble del timbal repicando tras él. Después el compositor invierte el tema de la fuga y eventualmente combina esa forma con la versión original. La melodía del saxofón se transforma en un clímax ruidoso y estridente planteado por la orquesta completa, en el que la música casi colapsa. Todo esto se atenúa con el parloteo de las maderas y el clarinete bajo se queda sosteniendo la nota que enlaza con el Finale.[2]

 

IV. Epilogue. Moderato

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El cuarto y último movimiento, Epilogue. Moderato, está en mi frigio y en compás de 4/4. El Finale presenta un carácter fantasmagórico que deambula sin propósito durante unos 10 minutos con una dinámica que se mantiene en pianissimo. Los movimientos segundo y cuarto comparten el mismo tempo, aunque la sensación aquí es decididamente más lenta. La estructura es vagamente fugada, pero no es demasiado perceptible para el oyente ya que todo se toca muy suavemente. En un punto se indica senza crescendo para no aumentar el volumen, en otro senza espressivo para tocar sin ninguna expresión. Esto hace que sea muy difícil de interpretar y la audiencia debe estar muy concentrada para no perder el hilo. Pequeños fragmentos de melodía intentan unirse, pero fracasan sistemáticamente. El compositor, en sus notas al programa, habla de “deriva” y “soplos de tema” al caracterizar la música. La música continúa a la deriva entre cuerdas y metales apagados, los primeros llevando la obra a un cierre angustioso mientras se balancean, casi inaudiblemente, entre acordes de mi bemol mayor y mi menor. La textura evanescente, el vacío emocional, la absoluta quietud son muy inquietantes. Todos estos rasgos hicieron que muchos analistas vieran la obra como una visión de un mundo tras algún tipo de devastación postnuclear o postbélica y en su descripción emplearan palabras como "muerto", "estéril" y "ruinas". El compositor rechazó tal literalidad y la única pista que proporcionó para acercarnos al significado de la música fue una referencia al famoso discurso de Próspero en el acto IV de La tempestad de Shakespeare:[2][11]

«We are such stuff

As dreams are made on,
and our little life

Is rounded with a sleep.»
«Somos de la misma materia

De la que están hechos los sueños,
y nuestra pequeña vida

Es redondeada con un sueño.»

Tal vez por coincidencia, en 1951 Vaughan Williams puso música a estas mismas palabras en una de sus Three Shakespearean Songs para coro. Este movimiento y hasta cierto punto el segundo evocan los paisajes gélidos de la partitura de Vaughan Williams para la película Scott of the Antarctic (1948), así como la Sinfonía n.º 7 antártica que la acompaña (1949-1952).[2]​ Esta sinfonía sigue provocando muchas especulaciones sobre su significado y a través de su viuda se apunta en la dirección de un Nunc dimittis agnóstico.[12]

 

Recepción de la obra

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Tras el estreno de la versión original en 1948, la obra fue recibida con enorme aclamación.[2]​ El director Leopold Stokowski, tras llevar a cabo la primera grabación de la pieza en 1949, declaró: "esta es música que ocupará su lugar con las más grandes creaciones de los grandes maestros".[4]​ No obstante, Vaughan Williams dudaba de su sinfonía y amenazó varias veces con romper los bocetos. Al mismo tiempo, sus notas al programa para la primera actuación tomaron un tono desafiantemente frívolo.

Discografía selecta

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Las dos primeras grabaciones se lanzaron inicialmente en discos fonográficos de 78 rpm. La primera fue realizada el 21 de febrero de 1949 por la Orquesta Filarmónica de Nueva York bajo la dirección de Leopold Stokowski, que había sido compañero de estudios de órgano de Vaughan Williams en el Royal College of Music en la década de 1890 (e iba a efectuar el estreno en Estados Unidos de su Sinfonía n.º 9 en 1958). La segunda fue de Sir Adrian Boult días después con la Orquesta Sinfónica de Londres. Ambos utilizaron la versión original del tercer movimiento. El compositor revisó ese movimiento en 1950; Boult lo grabó inmediatamente para HMV y esa nueva versión se incluyó en las siguientes ediciones de la grabación. Boult también realizó una nueva grabación de la sinfonía a fines de 1953 para Decca en presencia del compositor, quien agradeció su trabajo a los músicos al final de aquellas sesiones y este discurso fue grabado e incluido en lanzamientos de discos como un apéndice de la sinfonía. En total ha habido 26 grabaciones seleccionadas:

Véase también

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Referencias

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  1. «Vaughan Williams Symphonies». Vaughan Williams Society. Consultado el 8 de diciembre de 2017. 
  2. a b c d e f g h i j «Symphony No. 6 in E minor». AllMusic. Consultado el 1 de octubre de 2024. 
  3. «Vaughan Williams, Ralph». Grove Music Online. doi:10.1093/gmo/9781561592630.article.42507. Consultado el 1 de octubre de 2024. 
  4. a b Johnson, Edward (2002). «Stokowski and Vaughan Williams». Journal of the RVW Society 24: 13. 
  5. a b c «Symphony No.6 in E minor (Vaughan Williams, Ralph)». IMSLP. Consultado el 1 de octubre de 2024. 
  6. Cobbe, Hugh (2008). Letters of Ralph Vaughan Williams, 1895-1958. Oxford University Press. pp. 568-569. ISBN 978-0-19-925797-3. 
  7. Adams, Byron; Grimley, Daniel M. (2023). Vaughan Williams and His World. University of Chicago Press. p. 156. ISBN 978-0-226-83045-2. 
  8. Mellers, Wilfrid. «Classical Net Review: Vaughan Williams and the Vision of Albion». Classical Net. Consultado el 1 de octubre de 2024. 
  9. «Symphonies». Ralph Vaughan Williams Society. Consultado el 1 de octubre de 2024. 
  10. «Ralph Vaughan Williams, Symphony No. 6». American Symphony Orchestra. Consultado el 1 de octubre de 2024. 
  11. Williams, Ursula Vaughan (1964). R.V.W.: A Biography of Ralph Vaughan Williams. Oxford University Press. p. 283. ISBN 978-0-19-315411-7. 
  12. Schwartz, Steve. «Classical Net Review: Vaughan Williams Symphonies no. 6 & 8». Classical Net. Consultado el 1 de octubre de 2024. 

Enlaces externos

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