Stefan Zweig

escritor austríaco (1881-1942)
Stefan Zweig
«Son muchísimos los que aman; poquísimos los que saben amar».
«Son muchísimos los que aman; poquísimos los que saben amar».
Véase también
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Stefan Zweig (Viena, 28 de noviembre de 1881 – Petrópolis, Brasil, 22 de febrero de 1942) fue un escritor austríaco.

  • «Creo que es mejor finalizar en un buen momento y de pie una vida en la cual la labor intelectual significó el gozo más puro y la libertad personal el bien más preciado sobre la Tierra».
    • Texto de su nota de suicidio.[1][2][3] el 22 de febrero de 1942, él y su esposa se suicidaron.[4]
  • «El hombre espiritual no debe inscribirse en ningún partido; su reino es el de la justicia, que en todas partes está sobre toda discusión».[5]
  • «En los momentos decisivos, nada tan enorme en superioridad moral sobre los demás como el haber endurecido de antemano el alma por el dolor».[9]
  • «La duda es la madre de las ideas; sólo los ignorantes y los fanáticos no vacilan nunca».[10]
  • «La gratitud nos hace felices porque son raras las ocasiones es que se nos hace visible».[11]
  • «La historia no tiene tiempo para ser justa. Como frío cronista no toma en cuenta más que los resultados».[12]
  • «La medida más segura de toda fuerza es la resistencia que vence».[13][14][15] o «La suma de todas las resistencias es la única que da siempre la medida de la fuerza y del hombre que la realiza».[16]
  • «La vejez no significa nada más que dejar de sufrir por el pasado».[18]
  • «Nada torna a la gente más desnaturalizada e insubordinada que una larga y constante insubordinación».[19]
  • «Son muchísimos los que aman; poquísimos los que saben amar».[20]

Reflexiones

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  • «Además, en 1914, después de casi medio siglo de paz, ¿qué sabían las grandes masas de la guerra? No la conocían. Apenas habían pensado en ella. Era una leyenda y precisamente la distancia la había convertido en algo heroico y romántico. Seguían viéndola desde la perspectiva de los libros de texto y de los cuadros de los museos: espectaculares cargas de caballería con flamantes uniformes; el balazo mortal siempre disparado noblemente en medio del corazón; la campaña militar entera era una clamorosa marcha triunfal. «Por Navidad volveremos todos a casa», gritaban a sus madres los reclutas, sonriendo, en agosto de 1914. ¿Quién, en los pueblos y ciudades, recordaba la guerra «de verdad»? A lo sumo, cuatro viejos que en 1866 habían combatido contra Prusia, el país aliado de aquel momento, ¡y vaya una guerra más rápida, incruenta y lejana!: una campaña de tres semanas que terminó sin muchas víctimas y antes de haber tomado aliento siquiera. Una veloz excursión al romanticismo, una aventura alocada y varonil: he aquí cómo se imaginaba la guerra el hombre sencillo de 1914, y los jó­venes incluso temían que les faltara este maravilloso y apasionante episodio en su vida; por eso corrieron fogosos a agruparse bajo las banderas, por eso gritaban y cantaban en los trenes que los llevaban al matadero, la roja oleada de sangre corría impetuosa y delirante por la venas de todo el imperio».[21]
  • «En el dolor uno se hace cada vez más sensible; es el sufrimiento quien prepara y labra el terreno para el alma, y el dolor que produce el arado al desgarrar el interior, prepara todo fruto espiritual».[22]
  • «Pero llamarle juego, ¿no es limitarle injuriosamente? ¿No es también una ciencia, un arte algo sutil que está suspendido entre uno y otro jugador? [...] Es un pensamiento que no conduce a nada, una matemática que no establece nada, un arte que no deja obra, una arquitectura sin materia... Pero ha demostrado, sin embargo, ser más perdurable, a su modo, que los libros o que cualquier otro monumento este juego único, que pertenece a todos los pueblos y a todos los tiempos, y del que nadie sabe cuál de los dioses hizo don a la tierra para matar el tedio, para aguzar el ingenio y estimular el alma».[23]
  • «Por mi vida han galopado todos los corceles amarillentos del Apocalipsis, la revolución y el hambre, la inflación y el terror, las epidemias y la emigración; he visto nacer y expandirse ante mis propios ojos las grandes ideologías de masas: el fascismo en Italia, el nacionalsocialismo en Alemania, el bolchevismo en Rusia y, sobre todo, la peor de todas las pestes: el nacionalismo, que envenena la flor de nuestra cultura europea».[24]

Referencias

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  1. Zweig se suicidó junto a su esposa, desesperados ante la posibilidad de que el nazismo se extendería a todo el planeta.
  2. Dominique Bona, en su biografía de Stefan Zweig, 2011, reedición de la de 1997. Ed. Perrin, pp. 456.
  3. Dominique Frischer. 2011. Stefan Zweig, autopsie d'un suicide. Ed. L'Archipel. 300 pp. ISBN 235905032X.
  4. Lapaque, S. "Stefan Zweig: le mystère de sa fin tragique". Artículo en Le Figaro.4 de febrero 2010.
  5. Señor (1997), p. 311.
  6. Bartra (1994), p. 336.
  7. Señor (1997), p. 274.
  8. Palomo (1997), p. 75.
  9. Ortega (2013), p. 3921.
  10. Ortega (2013), p. 1340.
  11. Ortega (2013), p. 1962.
  12. Zweig, Stefan. Castellio contra Calvino (conciencia contra violencia). Greenbooks ed., 2016. ISBN 9788899637446.
  13. Bartra (1994), p. 336.
  14. Señor (1997), p. 242.
  15. Palomo (2013), p. 139.
  16. Ortega (2013), p. 3624.
  17. Señor (1997), p. 257.
  18. Ortega (2013), p. 4106.
  19. Ortega (2013), p. 2935.
  20. Señor (1997), p. 50.
  21. Refiriéndose a las prisas de las juventudes de Europa en alistarse en los distintos ejércitos en la primera Guerra Mundial. Las primeras horas de la guerra de Europa.En línea
  22. La lucha contra el demonio, Hölderlin, Kleist, Nietzsche. Greenbooks ed., 2016. Pág. ? ISBN 9788899637224.
  23. Zweig, Stefan (1944). Novela de Ajedrez. pág. ISBN 978- 975-510-355.
  24. Antropología paso a paso. Volumen 26 de Mundo y Cristianismo. José Ramón Ayllón. Colaborador Ángel Fuertes. Ed. Palabra, 2013. ISBN 9788498409154.

Bibliografía

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  • Ortega Blake, Arturo. El gran libro de las frases célebres. Penguin Random House Grupo Editorial. México, 2013. ISBN 6073116314, 9786073116312. (En Google Books.)
  • Señor, Luis (1ª ed. 1997 / 2017). Diccionario de citas. Espasa Calpe.  ISBN 8423992543.
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