Anna Pavlowa
de Ramón López Velarde

Piernas
eternas
que decís
de Luisa La Vallière
y de Thaís...

Piernas de rana,
de ondina
y de aldeana;
en su vocabulario
se fascina
la caravana.

Piernas
en las cuales
danza la Teología
funerales
y Epifanía.

Piernas:
alborozo y lutos
y parodias de los Atributos.

Piernas;
en que exordia
la Misericordia
en la derecha,
y se inicia
en la otra la Justicia.

Piernas
que llevan del muslo al salón
los recados del corazón.

Piernas
del reloj humano,
certeras como manecillas
dudosas como lo arcano,
sobresaltadas
con la coquetería de las hadas.

Piernas
para que circuyas
el espíritu, que se desarma
entre tus aleluyas;
si la violeta de Parma
tuviese piernas;
serían las tuyas.

Mística integral,
melómano alfiler sin fe de erratas,
que yendo de puntillas por el globo
las libélulas atas y desatas.

¡Te fuiste con mi rapto y con mi arrobo,
agitando las ánimas eternas
en los modismos de tus piernas!

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