Usuario:Pablox/Taller/Historia de León


Historia

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Fundación y época romana

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La ciudad de León surge hacia 29 a. C. como campamento militar romano de la Legio VI Victrix, en la terraza fluvial entre los ríos Bernesga y Torío, cerca de la ciudad astur de Lancia, con motivo de las llamadas guerras cántabras.[1]​ A finales del siglo I, a partir de 74, el campamento es ocupado por la Legio VII Gemina, fundada por Galba, la cual permanecerá en León hasta aproximadamente principios del siglo V. Fue la única legión asentada en Hispania hasta la caída del Imperio Romano de Occidente (476), por lo que durante todo este tiempo León fue la capital militar de la Península. La ciudad perteneció al Convento Asturicense, con capital en Asturica Augusta, el cual formó parte de la provincia Tarraconense hasta el siglo III, cuando, con la creación de la provincia de Gallaecia, fue integrado en ésta.

El trazado campamental romano original aún puede observarse en la actualidad, puesto que se conservan gran parte de las murallas que lo rodeaban en los siglos III y IV. Alrededor de las murallas que delimitaban el campamento fue creándose un núcleo civil paralelo, la cannaba, en la que se asentaban todas las personas que se encargaban de cubrir las necesidades de los soldados. Por los restos arqueológicos se sabe que contaba con unas termas[2]​ (con ruinas aún visibles bajo la catedral) e incluso un anfiteatro con capacidad para 5000 espectadores a extramuros, actualmente enterrado bajo la calle Cascalerías.


Épocas sueva, visigoda y musulmana

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Tras el período romano, la ciudad formó parte del Reino suevo y posteriormente, tras su conquista, del Reino visigodo. Entre los siglos VI y VIII la escasez de evidencias arqueológicas proyectan una imagen carente de vitalidad urbana, con una clara reducción del espacio habitado, aunque el descubrimiento de cerámicas pertenecientes al periodo omeya cordobés cerca de Puerta Obispo nos indica que la ciudad no fue abandonada completamente, sino que conservó cierta población estable. La ciudad fue conquistada, durante la invasión musulmana de la península, en el año 712, siendo recuperada en el 754 por Alfonso I aunque debido a su condición fronteriza se mantendría deshabitada durante casi un siglo.

Tendremos que esperar hasta el año 846 cuando un grupo de mozárabes intentó repoblar la ciudad, que pese haber permanecido despoblada al estar en el centro de la línea de combate entre cristianos y musulmanes aún conservaba sus murallas romanas. El intento fue frustrado por un ataque omeya que mantendría la ciudad despoblada hasta el año 853 en el que Ordoño I incorpora de forma efectiva la ciudad al Reino de Asturias, repoblándola con éxito.[3]​ Sería finalmente con Ordoño II, que ocupó el trono (914 - 924) tras la muerte de su hermano García I, cuando la ciudad se convierte en capital del reino astur, iniciando el Reino de León.

Repoblación y capitalidad

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La ciudad de León fue sede regia desde la fundación del reino, con García I, a principios del siglo X, hasta la unión con Castilla en 1230, momento en que la capitalidad del reino unificado fue itinerante y debido a ello León fue creciendo y evolucionando en su desarrollo. En esta cuestión jugó un destacado papel el Camino de Santiago, quizás la más importante vía de circulación de gentes, ideas, cultura y arte del Medievo. En el siglo X destacarían reyes como Ordoño II, que fijó la capitalidad y consagró la primera catedral en las antiguas termas romanas, donde hoy se encuentra la catedral gótica, y su hijo Ramiro II, que construyó el primer palacio en Palat de Rey y, al igual que su padre, llevó a cabo exitosas campañas contra los musulmanes. La segunda mitad del siglo es de luchas civiles en León, reyes débiles con problemas con la nobleza, y de ataques y contraataques musulmanes a la ciudad, incluyendo uno de Almanzor, que causó graves daños. La recuperación y reordenamiento de la capital llegó con Alfonso V a inicios del siglo XI, así como el comienzo de la victoria cristiana en la península. Avanzado el siglo, hay un cambio de dinastía, destacando a Fernando I como rey iniciador de la basílica de San Isidoro, construida con motivo del traslado de los restos de San Isidoro a la ciudad y del panteón real del reino. Su sucesor Alfonso VI que pasó a los anales de historia por el avance en la reconquista con la conquista de Toledo y, sobre todo, por su relación política con el Cid, fue cuyo reinado presenció la consagración de la nueva catedral románica iniciada por Urraca en 1073, donde presumiblemente trabajarían los mismos canteros que en la basílica.

En el siglo XII, y tras el paso de la primera reina, Urraca I, destaca su hijo Alfonso VII, que avanzó notablemente la reconquista y llegó a coronarse emperador de toda Hispania en la antigua catedral leonesa. Es en este siglo cuando el geógrafo y viajero árabe Edrisi escribió lo siguiente sobre León: "Allí se practica un comercio muy provechoso. Sus habitantes son ahorradores y prudentes". Tenemos también noticia de León a través de diversos códices, entre ellos el Codex Calixtinus, manuscrito que, entre otras cosas, contiene información sobre la ruta que los peregrinos seguían hacia Santiago de Compostela. Con todo ello, la ciudad conoció el desarrollo de nuevos barrios, en ocasiones extramuros de una ciudad que ya se quedaba pequeña, y casi siempre a la vera del camino de los peregrinos, que accedían a la ciudad por la llamada Puerta Moneda.

Tras la muerte de Alfonso VII, este dividió los reinos de León y Castilla entre sus hijos; Fernando II reinó en León, destacando la reconquista de Extremadura. Su sucesor y último rey privativo de León fue Alfonso IX, que convocó las primeras cortes de Europa, con participación de todos los estamentos sociales, en la basílica de San Isidoro en 1188. Será en 1230, cuando tras su muerte la corona leonesa y la castellana recaen sobre la cabeza del monarca Fernando III el Santo, algo que supondría para León la pérdida de la capitalidad fija, pues esta se vuelve itinerante.[4]​ No supondría no obstante el fin de la prosperidad de la ciudad, que durante todo el siglo XIII mantuvo un gran empuje comercial y crecimiento demográfico. Es en esta época cuando a mediados de siglo, Alfonso X el Sabio ordenó el derribo de la vieja catedral y la construcción de la actual, de estilo gótico.

Corona de Castilla

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Tras la unión del reino leonés con Castilla pese a la pérdida de relevancia política la ciudad se mantuvo prospera y es durante el siglo XIII cuando la catedral de León se construiría, reiniciando su construcción por orden de Alfonso X en 1255 finalizando en 1302 la totalidad del templo. Durante el siglo XIV, León experimentó una crisis económica que vino acentuada por una serie de acontecimientos climáticos en toda Europa que mermaron las cosechas, produciendo hambrunas y endeudamiento de los campesinos. Estas circunstancias fueron agravadas con la llegada de la peste a León entre los años 1349 y 1350,[5]​ la cual provocó una gran mortandad en la zona, despoblando pueblos y mermando, según fuentes de la época, en más de un cuarto la población de la zona. A esta serie de fatalidades se le unieron una inestabilidad política en toda la Corona castellana que produjo continuas tensiones que a menudo desembocaron en conflictos armados.

Con la llegada del Siglo XV, las cosas comenzaron a mejorar, observándose un incremento notable en la población en la edificación de nuevas casas, reconstrucción de las anteriores y ensanche de los arrabales. Se hablaba en estos años de hacer una cerca que comprendiese el arrabal de la parte oriental de la ciudad, abarcando las iglesias de San Lorenzo, San Pedro de los Huertos y San Salvador del Nido de la Cigüeña. Así, la ciudad de León, a finales de siglo, contaba con una población entre los cuatro y cinco mil habitantes mientras que ciudades vecinas como Salamanca y Burgos tienen quince mil y diez mil habitantes.[6]

Guerra de las comunidades

En el siglo XVI, la Guerra de las Comunidades contra Carlos I en León destacó por un insólito fervor comunero en el cabildo catedralicio y en los barrios extramuros. En la órbita local, las dos familias dominantes de aquella época, los Guzmanes, por parte de los comuneros, y los Quiñones, por parte del rey, hicieron de la guerra la excusa perfecta para resolver sus diferencias.[7]

Decadencia

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En estos siglos, León vive un estancamiento de su población, algo normal en las ciudades del interior. El leve incremento poblacional en la ciudad no se debe a un incremento de la actividad industrial o comercial, sino al empuje de la agricultura de las zonas rurales que rodean la ciudad. Prueba de la decadencia comercial e industrial de la ciudad es lo acontecido con las fábricas de hilados. En 1749, bajo los auspicios del secretario de Estado, José de Carvajal y Lancaster, se levanta un edificio en el llamado Campo de San Francisco para ampliar la fábrica de hilaturas que ya funcionaba en la calle de la Rúa, pero en 1769 esta fábrica ya había dejado de funcionar. El empeño puesto por el secretario de Estado contó con la oposición de las autoridades locales. Según Real Orden de 24 de enero de 1786, a instancias del obispo Cuadrillero, se crea en este edificio un hospicio, cuya obra se completa en 1793. También hubo intentos, con la ilustración, de modernizar la ciudad y sanearla con la construcción de nuevas fuentes y equipamiento público, así como con la creación de una de las Sociedades Económicas de Amigos del País en la ciudad.[8]

La ciudad de León, con 5.500 habitantes (aunque algunos viajeros, como el reverendo J. Townsend, aumenten la cifra a 6.170 almas) era, junto con Zamora, una de las ciudades menos pobladas de la región y de la meseta. Las malas condiciones higiénicas y el hacinamiento contrarrestaban el avituallamiento regular y asegurado por los municipios en épocas de crisis. Además, en épocas de malas cosechas, atraían a mendigos, vagabundos y marginados de los amplios alrededores que, agrupados en las puertas de conventos y obispados, esperaban unas relativas garantías de no morir de hambre, introduciendo en la ciudad epidemias que aumentaban la tasa de mortalidad.

Era industrial e independencia

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En los días previos al estallido de la Guerra de la Independencia, en concreto el 24 de abril de 1808, tuvo lugar en León, al mismo tiempo que una serie de incidentes acaecidos en otras ciudades españolas como Burgos, Toledo o Madrid, una manifestación popular en favor de Fernando VII ante el miedo de que Carlos IV, el cual contaba con el favor de los franceses, volviera a reinar, suponiendo, por tanto, un rechazo a Napoleón.[9][10][11]​ El 26 de julio de ese mismo año la ciudad caería ante el general galo Jean-Baptiste Bessières. Retomado su dominio en junio de 1812, sólo volvió a manos francesas durante un breve período en 1813, pero acto seguido los franceses se replegaron totalmente, volviendo la ciudad a la normalidad.

En 1833 la ciudad adquirió el rango de capital de su provincia, la cual formaría parte, junto a Zamora y Salamanca, de la Región de León.[12][13]​ Entre finales de siglo y principios del XX, el desarrollo de la minería del carbón la convirtió en nudo comercial y de comunicaciones fundamental en todo el noroeste, con el desarrollo de diversas infraestructuras, entre las que destacan la construcción de su estación de ferrocarril (luego propiedad de Renfe y hoy, de Adif) para vías de Ancho Ibérico, y el trazado de una línea de Ferrocarril de vía estrecha, conocida como El hullero, que, desde León, conectaba las principales zonas de extracción carbonífera con el núcleo industrial de Bilbao.[14]

En León, antes de la desamortización promovida por Juan Álvarez Mendizábal, gran parte de las tierras circundantes pertenecían a la iglesia, por lo que la ciudad tenía constreñido su crecimiento y carecía de una red vial adecuada, ya que las infraestructuras existentes se encontraban anticuadas, insuficientes para satisfacer las necesidades del nuevo y creciente tráfico rodado. Con la desamortización, las nuevas tierras desamortizadas quedaban libres para el desarrollo urbanístico, marcando un antes y un después en el desarrollo urbano de la ciudad que comenzó a superar su casco medieval. El ensanche, que es una forma de ordenar el espacio entre la ciudad y la nueva estación de tren, así como otros barrios de extrarradio, surgieron en las tierras eclesiásticas ahora libres. De todas las propiedades expropiadas, la que más destaca, es San Marcos, el cual fue vendido a la diputación por 985.700 reales, precio en el que había sido tasado.

Expansión urbana y ensanche

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En 1863 llega el ferrocarril a la ciudad, ubicándose la nueva estación en la margen derecha del río. Son las instalaciones de la estación las que se convertirán en el principal factor dinamizador del crecimiento urbano leonés durante la segunda mitad del siglo XIX y primeras décadas del siglo XX. La estación constituía un núcleo de fijación y expansión constituida por sus propias instalaciones, conectadas mediante otras obras públicas y accesos a la ciudad. La situación de la estación, en la margen derecha del río Bernesga, y al oeste de la ciudad vieja, fue determinante para el desarrollo urbano de los siguientes años, ya que la ciudad se expandió prioritariamente hacia esa zona. En los alrededores de la propia estación comenzaron a instalarse industrias interesadas, empezando a aparecer las primeras agrupaciones de población obrera que trabajaba en el ferrocarril, formando así el barrio de la Estación entorno a la misma.

A medida que avanzaba el siglo XIX, la vieja ciudad medieval se revelaba como un marco vital cada vez más inadecuado para satisfacer las necesidades de la población. La ocupación del espacio era más densa y en la misma proporción crecían las necesidades de vivienda, a la vez que la movilidad comercial aparecía colapsada por una estructura vial construida siglos atrás. La ausencia o ineficacia de sistemas de evacuación de todo tipo de residuos, junto a la no existencia de una reglamentación estricta en materia higiénico-sanitaria, propiciaba un medio ambiente insano, responsable de las grandes plagas que atacaron a la población española a lo largo del siglo XX.

El ensanche

La situación del nuevo foco de desarrollo entorno a la estación potencia la unión de la plaza de Santo Domingo y del recinto amurallado con esta zona; tomando desde entonces ya cierta importancia Ordoño II, entonces Paseo de las Negrillas, importancia que se confirma con la construcción de un nuevo puente de hierro sobre el Bernesga en 1871. Este cambio en la situación urbana de la ciudad induce al ayuntamiento a dar contenido teórico al ensanche, siendo el jefe municipal de obras públicas, José Manuel Ruiz de Salazar, quién define los elementos urbanísticos que ha de contener el nuevo barrio de la ciudad. Este primer estudio ya define algunos elementos característicos que se han conservado en la actualidad, tales como el carácter vertebrador de Ordoño II en la nueva trama urbana. Así mismo, también recoge la creación de un pulmón verde, el Paseo de Invierno, que conecta el jardín de San Francisco con el Bernesga, que tiene su equivalencia actualmente en la avenida Lancia de la capital leonesa.

Dada la escasa viabilidad del estudio de 1889, el ayuntamiento convoca un concurso siete años más tarde que englobaba los terrenos del anterior estudio menos los pertenecientes al monasterio de San Claudio, quedándose la actuación en 55 hectáreas. Las expectativas de crecimiento que justificaban el ensanche se basaban en el crecimiento ferroviario, la centralidad adoptada por la ciudad en los importantes negocios mineros leoneses y en las expectativas militares de la ciudad, donde se sopesaba la creación de una capitanía general. El único trabajo que se presenta recoge todos los elementos esenciales en la trama viaria que el ayuntamiento de León exigía en el concurso. Así, el proyecto recoge como centros de referencia las plazas de Santo Domingo, centro geométrico tras la expansión de la ciudad con el ensanche, la plaza de Guzmán el bueno, centro de distribución del tráfico entre la ciudad nueva y la vieja y la plaza de San Marcos, donde se buscaba conectar la ciudad vieja con el antiguo convento, ya por entonces declarado monumento nacional. Por todo ello, el proyecto original planteaba la Gran Vía de San Marcos como principal eje viario, siguiendo los preceptos del ensanche de Barcelona. El trazado de manzanas cuadriculadas, de una importante extensión, marcó el trazado de esta vía y una vía "diagonal", Ordoño II, se ordenó con un sistema de manzanas triangulares. El proyecto se vino abajo de inmediato, con una serie de modificaciones que no permitieron su aprobación hasta 1935.

La falta de recursos impidió al ayuntamiento a acudir a la expropiación como vía para adquirir los terrenos, por lo que únicamente tuvo que negociar directamente con los propietarios, que forzaran la inclusión de modificaciones en el proyecto. Estas modificaciones suponen la apertura de nuevas calles secundarias perpendiculares a Ordoño II, que en sustitución de Gran via se convertiría en la principal vía del nuevo barrio, así como la apertura de nuevas calles principales no contempladas en el proyecto inicial como Burgo Nuevo y Fajeros. El desarrollo del ensanche fue lento por la normativa municipal que prohibía la implantación de industrias y viviendas obreras, que se verían también ahuyentadas del sector por un coste del terreno que hacía inasumible la inversión por lo que el desarrollo se realizaría en función de la demanda de la clase acomodada de la ciudad.

Segunda República y Guerra Civil

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Tras la sublevación de julio de 1936, que dio lugar al inicio de la Guerra Civil, la mayor parte de la provincia quedó en manos de los sublevados. En León, la sublevación de la guarnición tuvo lugar el 20 de julio, una vez que la columna minera, que desde Asturias se dirigía a Madrid, hubo dejado la ciudad. Las tropas sublevadas, con el general Carlos Bosch y Bosch como gobernador militar, el coronel Julián Rubio López en el aeródromo de la Virgen del Camino, y los guardias civiles y de asalto que había en la provincia, controlaban la zona, contando pronto con la ayuda de tropas venidas de Galicia, al mando del comandante López Pita.

La resistencia fue escasa y los cargos públicos del Frente Popular, entre ellos el alcalde Miguel Castaño, fueron arrestados, condenados a muerte y ejecutados por fusilamiento.[15]

Los republicanos, por su parte, establecieron en León cuatro comandancias: las de Belmonte, Puerto Ventana, Pola de Gordón y Cangas de Onís. El Comité provincial de milicias antifranquistas, al igual que el resto de comités del Consejo Provincial del Frente Popular, se diluyó en Consejo Provincial del Frente Popular y luego en el Consejo Interprovincial de Asturias y León. En 1937, los republicanos intentaron sus últimos ataques, pero desde el mes de septiembre, la ofensiva franquista se generalizó, recuperando los puertos de montaña y dando fin a la guerra en el norte el 21 de octubre de 1937.

Dictadura franquista

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Tras el impás de la guerra, la ciudad continúo creciendo con normalidad, recibiendo oleadas de inmigrantes, en su mayoría obreros o empleados de baja cualificación en busca de empleo en la industria y los servicios. El problema fue inmediato ya que, si bien la ciudad ofrecía puestos de trabajo para atraer a inmigrantes, la falta de vivienda distaba de satisfacer las necesidades de estos nuevos inquilinos. Se daban además dos características: el Casco Antiguo estaba saturado y aún con un uso intensivo de las viviendas, donde era imposible alojar a tanta gente, y por otra parte, el Ensanche, donde debido a las normas municipales, estaba prohibido edificar casas de obreros. La solución a estos problemas fue la de iniciar la construcción de barrios obreros a las afueras, iniciando así la expansión suburbial de la ciudad. Comienzan así las llamadas parcelaciones particulares, en las que el propietario de una finca la parcelaba, vendiéndola después con gran beneficio económico. El Ayuntamiento, por tolerancia o por incapacidad, fue dejando que se urbanizaran estos nuevos barrios sin los requisitos mínimos de infraestructuras como agua, electricidad o el acceso a la sanidad y la educación, creándose así urbanizaciones de ínfima calidad, que sólo pudieron ser mejoradas con el concurso municipal para dotarlas de servicios año más tarde. De esa manera, al norte surgen barrios como San Esteban, San Mamés, Mariano Andrés, Las Ventas y La Inmaculada.

Plan General de 1960

A mediados de los años 50 se inician en León los proyectos para elaborar un Plan General de Ordenación Urbana, aprobándose definitivamente en 1960. Todas las actuaciones urbanísticas en la ciudad y en el municipio quedaban, por tanto, sujetas a los criterios, métodos y disciplina sancionados legalmente.

En los años 60, las ciudades españolas, y León no era una excepción, experimentan importantes crecimientos. La localización de la industria y los servicios, las demandas del éxodo rural, la construcción de viviendas y la especulación sin límites otorgaban al crecimiento urbano las características de gran negocio. En estas condiciones, y ante perspectivas inmobiliarias tan prometedoras, la Ley del Suelo queda convertida en un estrecho marco de legalidad urbanística que no hace otra cosa que entorpecer el libre juego de las fuerzas económicas de la ciudad. Consecuentemente, los Planes de Ordenación no se cumplen, siendo más grave aún la imposibilidad de que movimientos socio-políticos organizados puedan denunciarlo y reivindicarlo. Particularmente, se incumplen aquellas partes del Plan dedicadas a la previsión y provisión de espacios para equipamientos y servicios sociales, culturales y recreativos; por supuesto, las zonas verdes no constituyen ningún tipo de prioridad.

Es gracias a este plan que se terminan los grandes barrios periféricos de la ciudad, algunos de ellos iniciados en los años 20. La incontenible especulación de estos años certificó su presencia en la ciudad con el proyecto de la gran avenida que atravesaría el continuo urbano, engullendo el caserío existente desde Santa Ana, al sur, hasta la carretera de Asturias, al norte. Los tramos que se lograron construir (Avenida Reino de León) muestran la naturaleza de la operación; aparentemente el objetivo era crear una vía de tráfico fluido pero a mayor anchura de la vía, mayor altura de los edificios, mayor número de plantas y, por tanto, más metros cuadrados a la venta.

Transición y Democracia

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En 1979 se celebraron de nuevo elecciones democráticas en la ciudad de León, en las que se hizo con el triunfo el PSOE por un error de conteo de los votos,[16]​ siendo finalmente el verdadero ganador el UCD, con Juan Morano a la cabeza, que gobernó hasta 1987. En este año se produjo el "Pacto Cívico",[17]​ impulsado por José Luis Díez Villarig, por el cual sacó del gobierno a Juan Morano durante dos años, tras los cuales volvería al gobierno municipal por el PP, gobernando hasta 1995.[18]​ Le sucedió en ese año Mario Amilivia, que gobernó ocho años, hasta 2003, logrando en su primer mandato, el del 1995, la primera y única mayoría absoluta que ha existido en el Ayuntamiento de León hasta las elecciones municipales de mayo de 2011.[19]

Paralelo al desarrollo de estos actos, renació el leonesismo, movimiento cultural del siglo XIX recuperado para la reivindicación política, produciéndose la aprobación de mociones en favor de una autonomía leonesa por parte de municipios y la Diputación Provincial de León en 1983, así como manifestaciones en favor de la autonomía leonesa, con 20 000 personas en 1983 y 90 000 en 1984.[20]

En 1979 se crea la Universidad de León a partir de la escuela universitaria de Veterinaria perteneciente a Oviedo en el paraje de Vegazana. Es de esta época también cuando se construyen multitud de parques como el Quevedo, la Granja o el parque de los Reyes y se realiza la ampliación del caserío con la edificación de nuevos barrios como Eras de Renueva, Pinilla, el Poligono X o La Torre que permitían alojar a la entonces creciente población leonesa. Paralelamente y a finales de los 70 también la construcción del polígono de Onzonilla, supuso el primer intento de la ciudad de dotar de un espacio acotado para las actividades industriales que hasta ese momento se desarrollaban sin orden siguiendo las vías de comunicación. Las infraestructuras de la ciudad también fueron actualizadas, con la inauguración del aeropuerto y de la ronda este. Antes del cambio de siglo, en 1997, la calle ancha fue peatonalizada, iniciando el proceso de peatonalización del casco histórico. Parejo a estos desarrollos, los pueblos pertenecientes al Área metropolitana de León comenzaron a crecer, quienes con nuevos planes urbanísticos determinaron un gran área de desarrollo urbano entre Villadangos del Páramo y Mansilla de las Mulas.

Siglo XXI

Con el cambio de siglo, León creció de forma acelerada con nuevos barrios que ampliaron aún más el espacio urbano. La Lastra por el sur colmató el espacio que había entre los ríos Bernesga y Torío mientras que al norte nuevos barrios y ampliación de otros como Universidad y Palomera permitieron ir rellenando el espacio entre el casco urbano y la ronda este. Los pueblos del alfoz, que ya habían comenzado a desarrollarse en el siglo XX crecen con más ímpetu alcanzando San Andrés los 30.000 habitantes, Villaquilambre los 15.000 y Valverde y Sariegos los 5.000 habitantes. El proceso constructivo se para con la llegada de la crisis inmobiliaria frenando la integración efectiva de estos nuevos barrios a la ciudad y dejando abandonadas múltiples promociones en el alfoz. Recientemente no obstante, en 2019, se ha iniciado la construcción por primera vez desde dicha crisis de un nuevo barrio en la ciudad, en las inmediaciones del parque de la Granja, retomando de nuevo la expansión urbana de la ciudad.

Si bien León no es una ciudad centrada en la industria, el espacio dedicado a la misma se ha ido ampliando, primero como un esfuerzo de ordenar las actividades industriales ya existentes en espacios preparados para ellas y después para permitir la expansión de las mismas. Así surge la ampliación del polígono industrial de Onzonilla y nace el parque tecnológico mientras que en el alfoz paralelamente se desarrollan los polígonos de Villaquilambre, San Andrés y Villadangos con proyectos para desarrollar nuevos espacios también en la localidad de Torneros. La expansión de la actividad industrial se centra en los sectores farmaceútico y logístico principalmente, con múltiples empresas biotecnológicas que siguen la tradición empresarial de Antibióticos y grandes grupos de distribución como Inditex, Mercadona o Decathlon.

El desarrollo de nuevas infraestructuras que vive el país con el cambio de siglo no es ajeno a León, donde se construyen autovías hacia Astorga, Benavente y Valladolid mientras que se construyen la ronda sur y el Acceso Sur a León. El aeropuerto también vive un proceso continuado de ampliación que culmina en una nueva terminal de pasajeros inaugurada en 2010. Por su parte, el ferrocarril tampoco es ajeno a este desarrollo y se construye la línea de alta velocidad que comunica la ciudad con Valladolid y Madrid desde 2015 mientras se continua en su ampliación hacia Asturias. El ferrocarril de vía estrecha por su parte vive como se cierra el tramo entre el apeadero de la Asunción y la estación de Matallana, para ser reformado y convertirlo en un tren-tram, algo que en 2019 continúa pendiente. Las administraciones públicas también trasladan a León la sede de varias instituciones de corte regional y nacional como el Musac, el Eren y el Incibe, siendo este último el que catalizaría el desarrollo de actividades relacionadas con las nuevas tecnologías y la ciberseguridad.

En las elecciones de 2003, el Partido Popular no logró la mayoría y, a diferencia de lo ocurrido en 1999, año en el que pactó con Unión del Pueblo Leonés, este partido decidió dar su apoyo a Francisco Fernández, del PSOE.[21]​ El PSOE duraría un año en el gobierno municipal, pues una moción de censura y la ruptura del grupo municipal leonesista haría que Amilivia recuperase la alcaldía hasta 2007.[22]​ En las elecciones de dicho año, el PSOE consiguió por primera vez en la historia de la democracia el mayor número de votos en las elecciones, no llegando aun así a la mayoría absoluta, teniendo que pactar con UPL nuevamente.[23]​ Tras cambiar de nuevo de signo político hacia el PP, este gobierna la ciudad hasta 2019 cuando el PSOE consigue de nuevo recuperar la alcaldía.

  1. La Crónica 16 de León, ed. (1997). Historia de León, Prehistoria, Edad Antigua y Edad Media I, pag. 193. 84-920557-7-4. 
  2. león-antiguo.com. «Guía de León Antiguo». Archivado desde el original el 19 de septiembre de 2011. Consultado el 4 de junio de 2011. 
  3. La Crónica 16 de León, ed. (1997). Historia de León, El Reino de León en la Edad Media, pag. 424. 84-920557-8-2. 
  4. maravedis.org. «Reyes de León». Consultado el 4 de junio de 2011. 
  5. La Crónica 16 de León, ed. (1997). Historia de León, El Reino de León en la Edad Media, pag. 679. 84-920557-8-2. 
  6. La Crónica 16 de León, ed. (1997). Historia de León, El Reino de León en la Edad Media, pag. 681. 84-920557-8-2. 
  7. «Quiñones y Guzmanes». Archivado desde el original el 19 de diciembre de 2009. Consultado el 27 de mayo de 2009.  Historia de León en el portal turístico de la ciudad.
  8. La Crónica 16 de León, ed. (1997). Historia de León, Edad Moderna y Contemporánea, pag. 857. 84-920557-9-0. 
  9. «Una exposición refleja el protagonismo de León en los alzamientos contra las tropas napoleónicas anteriores al 2 de mayo de 1808». Archivado desde el original el 19 de junio de 2010. Consultado el 4 de junio de 2009. 
  10. El Mundo. «León abre la polémica por afirmar que fue la primera en levantarse contra Napoleón». Consultado el 4 de junio de 2009. 
  11. «Los actos del 24 de abril en León fueron pacíficos y en absoluto los primeros». Archivado desde el original el 18 de enero de 2012. Consultado el 4 de junio de 2009.  Entrevista a Francisco Carantoña, profesor de Historia Contemporánea en la Universidad de León.
  12. La Crónica 16 de León, ed. (1997). Historia de León, Edad Moderna y Contemporánea, pag. 1037. 84-920557-9-0. 
  13. «Fuerzas políticas en el proceso autonómico de Castilla y León: 1975-1983». Consultado el 3 de junio de 2009.  Tesis doctoral de Mariano González Clavero, página 60.
  14. La Crónica 16 de León, ed. (1997). Historia de León, Edad Moderna y Contemporánea, pag. 1126. 84-920557-9-0. 
  15. «La represión nacionalista: paseos y ejecuciones». Consultado el 27 de mayo de 2009.  Artículo en la revista "Tierras de León", nº 67, año XXVIII, junio 1987.
  16. El País. «La Audiencia Territorial de Valladolid anula las elecciones municipales de León». Consultado el 27 de mayo de 2009. 
  17. El Mundo. «Un joven veterano político con la ambición para dirigir el PSOE». Consultado el 3 de junio de 2009. 
  18. Ministerio del Interior. «Ministerio del Interior-Resultados Electorales». Archivado desde el original el 17 de abril de 2009. Consultado el 23 de abril de 2009.  Página del Ministerio con los resultados de las elecciones municipales.
  19. El Mundo. «La baza leonesa del PP que cargaba la gomina al presupuesto municipal». Consultado el 15 de mayo de 2009.  Perfil de Mario Amilivia.
  20. ABC. «PP y PSOE apoyan a UPL al recordar al Estado las aspiraciones autonomistas de la provincia de León». Consultado el 2 de febrero de 2009. 
  21. Diario de León. «Francisco Fernández promete gobernar a todos los leoneses desde el diálogo y el trabajo en equipo». Consultado el 31 de mayo de 2009. 
  22. Diario de León. «Las firmas del PP, De Francisco y Soto avalan la moción de censura en León». Consultado el 31 de mayo de 2009. 
  23. Terra Networks. «León: El PSOE roza la mayoría absoluta pero UPL tendrá la llave para gobernar». Archivado desde el original el 19 de junio de 2010. Consultado el 31 de mayo de 2009. 
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