de este célebre historiador y de Tácito, pudiendo decirse que aprendió con este a leer y esplicar a Tito Livio. La Storie fiorentine, en que el autor describe además los acontecimientos que destruyeron el imperio romano, es una composicion admirable, que da a Maquiavelo un lugar entre los grandes historiadores, de tanto mas valor, cuanto los mismos antiguos nada habían dejado para modelo en este jénero. Bossuet la colmaba de elojios. El carácter del estilo de Maquiavelo, sobre todo en la Storie y en la Vida de Castruccio Castracani, es elegante y sencillo, lleno de gracias sin artificio, agradable sin insipidez, claro sin ser difuso, y conciso sin oscuridad y sin pretensiones de misterioso.
Aun cuando la celebridad de Maquiavelo sea como político, tambien tiene derecho a un puesto honroso entre los autores dramáticos. La Mandragola, segun Voltaire, le coloca sobre Aristófanes. Compuso además la Clicia, la Máscara, el Andria, etc., la graciosa novela de Belphegor y el Asino d' oro e I Capitoli, que recuerdan el estilo de Dante. Leyéndolas, es apenas concebible como un hombre tan profundamente versado en los cálculos políticos, ha podido entretenerse, y con tanto brillo, con las musas, adquiriendo laureles en el jénero épico y en el lírico.
Pero la obra de Maquiavelo que mas ha escitado la atencion universal es el tratado del Príncipe, reimpreso varias vezes en todos los idiomas europeos. Jamás libro alguno fué mas combatido, ni dió márjen a mas opuestos pareceres: unos vieron en él un código de la tiranía, mientras otros supusieron que habia sido inspirado por el deseo de hacerla mas odiosa. Rousseau, que es de esta opinion, llega a decir en su Contrato social que « El Príncipe es el libro de los republicanos. » Voltaire, por el contrario, se esplica así en una carta dirijida al príncipe real de Prusia (luego Federico II) el 20 de mayo de 1738: « La primera cosa de que tengo que hablaros es del modo con que juzgais a Maquiavelo. ¿Cómo no os indignaríais con su lectura como os indignais contra mí porque he elojiado el estilo de ese malvado? Los Borgias, padre e hijo, y todos los pequeños príncipes que tenían necesidad de crímenes y de sangre para elevarse, pudieron estudiar esa política infernal; pero es propio de un príncipe como vos detestarla con todos vuestros sentidos. Ese arte, que debe colocarse al lado del de los Locustos y Brinvillers, ha podido dar a algunos príncipes una soberanía pasajera como la herencia que debe procurarse con el veneno; pero nunca ha podido hacer grandes hombres, ni hombres dichosos. ¿Sabeis a donde puede llegarse con esa política desastrosa? A la perdicion de todos y a la perdicion propia. Decid si puede ser ese el catecismo de vuestra bella alma. » El príncipe contestó a este homenaje lisonjero, con algunas frases eminentemente francesas y las mas apropósito para escitar la mas viva satisfaccion en el corazon de Voltaire: « Lo que he meditado contra el maquiavelismo es precisamente una continuacion de la Henriada. Sobre los grandes sentimientos de Enrique IV he forjado el rayo, que aniquilará a César Borgia. » En efecto el jóven Federico escribió un libro, sobre el cual le decía Voltaire el 27 de diciembre: « Habeis escrito un libro digno de un príncipe, y yo no dudo que una edicion del Maquiavelo con ese contraveneno al fin de cada capitulo, será uno de los mas preciosos monumentos literarios. El Anti-Maquiavelo debería ser el catecismo de los reyes y de los ministros. » No seguiremos haciendo mencion