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La hora más oscura/Capítulo 8

La cabeza de Acederilla colgaba lánguidamente y su cola se arrastraba por el suelo. A Estrella de Fuego se le encogió el estómago al recordar a la gatita saltando por el campamento. Si Cebrado había intentado realmente matarla, pagaría por ello.Narrador

El siguiente artículo contiene información detallada del capítulo 8 de La hora más oscura. Si estás buscando un resumen más corto del libro, por favor mira la cronología.


Resumen del capítulo

PdV de Estrella de Fuego

Zarzo y Estrella de Fuego regresan a su campamento al atardecer, cuando la nevada se ha detenido. Por el camino estuvieron practicando técnicas de caza, por lo que ambos vuelven con presas en la boca. Látigo Gris sale a su encuentro en la cima del barranco, felicitándolos por su caza y comentando que él, en cambio, no pudo atrapar nada. Antes de entrar por el túnel de aulagas, Estrella de Fuego repara en que una de los cachorros de Sauce, una gatita llamada Acederilla, se encuentra en medio del barranco, fuera del campamento, hablando con Cebrado. Extrañado, se pregunta qué estará haciendo el guerrero solo allí, teniendo en cuenta que Cebrado no suele estar particularmente interesado en los cachorros. Repentinamente, Látigo Gris pasa como un destello por al lado de su líder, abalanzándose al barranco, mientras Acederilla rápida e imprevistamente se desestabiliza y comienza a retorcerse sobre la nieve. Impactado y sin entender qué está pasando, Estrella de Fuego deja escapar una exclamación de sorpresa mientras se acerca hacia su amigo, que se había lanzado contra Cebrado furiosamente, intentando inmovilizarlo.
Incrédulo, el líder se sitúa al lado de Acederilla, que da vueltas por el suelo fuera de sí, echando espuma por la boca y con ojos desorbitados y vidriosos; y, desesperado, Estrella de Fuego ordena a su aprendiz que traiga a Carbonilla inmediatamente. Zarzo sale disparado, y cuando intenta tranquilizar a la pequeña, el líder descubre entre sus dientes unas bayas rojas a medio masticar. Horrorizado, confirma que son bayas mortales, e intenta extraérselas de la boca, con poco éxito. El gato rojizo teme por la vida de la cachorrita, ya que conoce el rápido efecto que tuvieron aquellas bayas, hace tiempo, con Cola Rota, el hijo de Fauces Amarillas. Con toda la atención puesta en Acederilla y sin reparar en Látigo Gris y Cebrado -que continúan forcejeando detrás suyo-, el joven intenta ayudar a la gatita, pero ella se sacude hacia todos lados y continúa convulsionando, para horror de su líder, cada vez más débilmente. Finalmente llega Carbonilla a toda prisa, con un fardo de hojas entre los dientes. Estrella de Fuego informa rápidamente la situación con las bayas mortales, y ayuda a la curandera a sostenerle la cabeza a la cachorrita mientras la gata gris extrae los restos de bayas de la boca de la pequeña. Luego, Carbonilla masca rápidamente una de las hojas que trajo e introduce la pulpa en la boca de Acederilla, ordenándole que la trague. La curandera explica a Estrella de Fuego que acaba de suministrarle milenrama a la gatita, para provocarle el vómito. Luego de unos instantes, en efecto, Acederilla vomita la pasta de milenrama, junto a más trocitos de bayas rojas. Temblando y boqueando, la cachorrita cierra los ojos y se queda inmóvil.
Inmediatamente, aparecen desde el campamento Zarzo y Sauce, la madre de la gatita. Angustiada, pregunta dónde está su hija y qué ha pasado. Carbonilla explica a la reina lo sucedido, y recomienda que lleven a la pequeña a su guarida. Sauce comienza a lamer fervientemente el cuerpo de su hija, que aún respira. Estrella de Fuego comprueba que no está muerta, pero que aún corre peligro por los posibles efectos del veneno. Por un momento desde el inesperado desencadenamiento de sucesos, el líder toma un respiro y presta atención a Látigo Gris, quien tiene a Cebrado inmovilizado en el suelo y con aspecto maltrecho. Pregunta a ambos gatos de qué se trata todo eso, y Látigo Gris, con una ferocidad que Estrella de Fuego no se esperaba, exclama furiosamente a su amigo que le pregunte a Cebrado -a quien llama cagarruta de zorro- por qué intentó asesinar a una cachorrita. La acusación es tan inesperada para Estrella de Fuego que transcurre incrédulo unos segundos antes de volver en sí. Látigo Gris insiste en que Cebrado le dio las bayas mortales a Acederilla. Cebrado, entre insultos y revolviéndose debajo de él, lo contradice, explicando que estaba intentando evitar que la gatita las comiera. Látigo Gris gruñe que sabe lo que vio, y el líder intenta recrear en su cabeza la escena. Permite a Cebrado levantarse y le pide que le cuente lo que había sucedido. El atigrado oscuro argumenta que cuando llegó, encontró a Acederilla en medio del barranco comiendo las bayas, y que estaba intentando detenerla cuando Látigo Gris -a quien califica de estúpido- saltó sobre él. Irónicamente, pregunta por qué él querría matar a un simple cachorro. Látigo Gris, bufando de rabia, contesta que eso exactamente querría saber. Con un tono de burla y desprecio, Cebrado comenta en voz alta que es obvio a quién va a creer el gran líder Estrella de Fuego, espetando a ambos gatos que ya no se puede esperar justicia en el Clan del Trueno. A Estrella de Fuego le duele la acusación, porque es en base cierta: normalmente preferiría creer a Látigo Gris. Sin embargo, el líder quiere asegurarse completamente de lo que haya visto su amigo, y responde inteligentemente a Cebrado que no tiene por qué tomar la decisión ya mismo. Establece que cuando Acederilla despierte ella le contará todo lo sucedido.
Por un momento, el joven cree ver un repentino destello de inquietud en el guerrero oscuro, pero no puede estar seguro. Cebrado acepta molesto, y se vuelve al campamento sin mas. Látigo Gris le asegura a Estrella de Fuego que lo que vio fue cierto, y jura que, aunque no sabe por qué, el atigrado había intentado hacerle daño a Acederilla. Su amigo le confiesa que le cree, pero que deben dejar que el clan lo vea todo por sí mismo para que comprendan que como líder, él hace justicia. El gato rojizo suspira para sus adentros, deseando que por favor, la hija de Sauce logre sobrevivir, para explicar todo lo que le haya pasado. Con inquietud, contempla cómo Carbonilla y la madre de la pequeña cargan con ella en dirección al campamento y la guarida de la curandera. Ordena a su amigo gris que las acompañe, y que busque a Tormenta de Arena y Flor Dorada para que se turnen haciendo la guardia en la guarida de Carbonilla, para asegurarse de que nada le pase a Acederilla hasta que se recupere lo suficiente como para hablar de lo sucedido. Látigo Gris ingresa al campamento, dejando al líder a solas con Zarzo. Estrella de Fuego ordena a su aprendiz que vaya a buscar la presa que soltó arriba del barranco y luego vaya a descansar. Aún perturbado, el atigrado marrón pregunta a su mentor si Acederilla se pondrá bien. Éste solo puede admitir que no lo sabe, demostrando su incertidumbre.

Personajes

Principales

Secundarios

Mencionados

Lugares

Referencias y citaciones

  1. 1,0 1,1 1,2 Revelado en La hora más oscura, página 104
  2. 2,0 2,1 Revelado en La hora más oscura, páginas 103-104
  3. 3,0 3,1 3,2 3,3 Revelado en La hora más oscura, página 103
  4. 4,0 4,1 4,2 Revelado en La hora más oscura, página 105
  5. 5,0 5,1 Revelado en La hora más oscura, página 106
  6. 6,0 6,1 6,2 6,3 Revelado en La hora más oscura, página 108
  7. Revelado en La hora más oscura, página 107


Capítulos de La hora más oscura
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